Instituto Margil

Para el franciscano, la relación con todo lo que le rodea puede suponer la presencia de la mano creadora del Buen Dios, particularmente en la naturaleza y en el otro, pues al saberse hijo de un mismo Padre, le reconoce como su hermano, de ahí que Francisco llame incluso al hermano sol, la hermana luna, la hermana agua... y al hombre lo reconoce como su hermano sin importar su condición o pensamiento, de ahí su fecundo diálogo con el Sultán y el beso al hermano leproso.
Los centros educativos, tras el proceso personal de la formación en la inteligencia y conciencia, abren el panorama de cada alumno a la posibilidad del encuentro con el otro, no como alguien ajeno o lejano, sino como un hermano en el que el rostro de Cristo se hace presente.
La práctica de esta condición adquirida en el Bautizo, se hace a través de las obras encaminadas a la necesidad del hermano, no con una conciencia subsidiaria o altruista, sino solidaria y empática, ya que "en Cristo todos somos uno" (Ef. 2, 11), descubrimos pues, como lo dice el Papa Francisco que "el verdadero poder está en el servicio". Para ello impulsamos:

Misiones Fray Margil de Jesús

Brigadas de San Antonio